martes, 17 de diciembre de 2013

Del "rincón de pensar" al "rincón de las emociones"

Desde hace algunos días estoy pensado sobre el rincón de pensar, valga la redundancia, y los usos que se hace de él… y me surgen algunas preguntas como ¿se está utilizando de forma correcta? ¿Saben los niños realmente a que se va a esa zona y por qué? ¿Por qué se usa como un castigo? ¿Desde cuándo pensar es un castigo? Por todos estos interrogantes y muchos más. . .  voy a intentar arrojar un poco de luz a todo esto y dar algunas ideas de cómo se puede hacer un uso más pedagógico de este recurso.

Empezaré abordando el asunto de que se trate como un castigo en vez de cómo una oportunidad de reflexión e interpretación de las emociones propias y ajenas. Tratándolo como un castigo al que al niño se le aparta de la actividad da igual que enviemos al infante al rincón de pensar que lo castiguemos a la pared, el efecto es el mismo y realmente creo que sirve de bien poco, resulta un acto de humillación ante los compañeros, puede sonar exagerado pero ¿qué te parecería a ti si por equivocarte fueses apartado de tu grupo de trabajo y dijesen “estate aquí hasta que yo te diga”? no nos engañemos “el mal comportamiento” de los niños no es más que la falta de recursos para actuar de otra forma, de modo que se tratan de simples errores, por lo que debemos guiarle y acompañarle para que vaya adquiriendo nuevos modelos de comportamiento.

De forma que propongo que el “Rincón de pensar” pueda ser denominado el “Rincón de las emociones” y sea una zona más del aula o del lugar educativo determinado (hogar, casa de la madre de día. . .). Los pequeños podrán visitar dicha zona siempre que quieran y se acordará con ellos que ciertos comportamientos (pelea, enfado, rabieta, tristeza, etc.) serán requisito de visitarlo. En el “Rincón de las emociones” habrá material (fotos de personas y situaciones, espejo...) que ayudará a la niña o al niño a identificar las emociones propias y ajenas, también habrá diferentes materiales plásticos con los que poder representar mediante la expresión plástica sus emociones o aquello que les apetezca en ese momento.

Cuando el niño o la niña sean invitados a asistir a dicha zona se le acompañará y se le ofrecerá volver a la calma, si necesita hablar sobre lo sucedido se le escuchará y si lo que necesita es estar solo se le dejará volver a la calma por si mismo, siempre recordándole que estamos ahí y que nos puede solicitar cuando nos necesite, no obstante nunca se le debe obligar a que nos cuente que le sucede o el porqué de su comportamiento si no está dispuesto a hablar (a nosotros, los adultos, en ciertos momentos tampoco nos apetece hablar).

Una vez el niño esté calmado podemos tratar la problemática entre todos y buscar alternativas a la decisión que este había tomado, de este modo de unos a otros nos damos recursos sobre posibles situaciones que nos puedan suceder en el futuro.
 Por ejemplo: 
  • si había decidido pegar, algunas alternativas podrían ser pedir ayuda a un adulto, hablar con el igual pidiéndole que no le moleste, etc.
  • si la decisión tomada ha sido quitar un juguete se puede proponer que las cosas se piden por favor o que se puede compartir y jugar juntos que además ¡es mucho más divertido!
Con todo esto lo que quiero trasmitir es que lo importante no es reprimir y que los pequeños aprendan por miedo a ser castigados o ir a ese lugar a pensar sin saber muy bien en que, si no que con nuestra ayuda, empatía y comprensión han de ir conociendo sus emociones y sentimientos e ir adquiriendo autocontrol en aquellos momentos en que sea necesario y este autocontrol también deberemos aplicárnoslo a nosotros mismos porque como dice el escritor y filosofo francés Michel Eyquem de Montaigne  “El que, estando enfadado, impone un castigo, no corrige, sino que se venga.”




Os dejo algunos enlaces relacionados con este asunto actividad para asambleasilla de pensar a la venta

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